martes, 22 de julio de 2025

THORNS

Somos nuestro entorno. Nuestras experiencias, el tiempo que consumimos con nuestras parejas, amistades, familia, trabajo y relaciones humanas. Somos el producto de una operación matemática con algún paréntesis oculto que hace esa operación como prioritaria  entre todas las demás. Las circunstancias nos moldean y nos hacen quienes somos. Y , de repente, aquello que siempre había estado ahí, el suelo bajo tus pies, puede desaparecer dejando atrás nada más que la huella del tiempo que han dejado tus botas y el instante que una vez te hizo estar ahí. 

No hay nada malo ni bueno en ello, solo ha cambiado el entorno. Ahora toca cambiar tu piel, soltar tus escamas y volverte a transformar. El cambio da miedo cuando estamos bien con todo lo que tenemos, pero la sorpresa de la vida reside en descubrir que no hay nada del todo negro ni blanco. Hay mil grises tan brillantes como el más pulcro de los blancos. Nos adaptamos, nos cambiamos los calcetines mojados por unos secos y calentitos y volvemos a empezar. Los miembros entumecidos entran en calor y el confort vuelve a llegar. 


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22 de julio de 2025, 34 años. Leo mi ultima entrada y se me rompe el cerrazón de ternura. Muchas cosas ha pasado desde el 2022. Ya no estás con Joan, ni con Nami, ni con el coche ni en la maravillosa casa en la que fuiste tan, pero tan feliz. ¿Y sabes que pasa? En realidad nada. Por fin has aprendido a estar sola, aunque actualmente estas en APPS buscando conocer a alguien, por fin no te va la vida en ello. No después de la terrible experiencia con Rubén. Además ya sabes que sabes disfrutar del balón como nadie, así que te has regalado un viajazo a Japón con los amigos y esta vez sí que los has disfrutado. Has sido tu propia novia y te has ayudado a ti misma a llevar la maleta. Todo esta bien. Los cambios no son todos malos. Estás en casa de papá, leyendo de nuevo, en el pc, y empezando a verte series y realitys chinos de nuevo. Estela feliz, este año se ha comprado un chalet en Moncofar y les da mucha vidilla. Lara tiene 2 años ya y te llama Tita. Mama tan deliciosa y cercana como siempre. Nuria en el trabajo de nuevo conmigo. A veces te ataca el sentimiento de que te falta algo, pero no dejas que la mente te domine. Estas perfecta, y que tenga que llegar lo que tenga que llegar.